lunes, 25 de enero de 2010

¡Nana tonta, para dormir un patito que padecía de insomnio...!

Los patitos dicen
cua, cua, cua, cua, cua...
cuando por la charca
van con su mamá
.
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Mamá los vigila,
cuando son chiquitos,
y sobre una rama
duermen los patitos.
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Entre todos, siempre,
hay algún rebelde,
que dormir no quiere
y al agua se mete.
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Viene la tortuga
y los peces vienen,
asustando al pato,
que a su rama vuelve.
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Tan acurrucados,
que casi no caben,
flotan en la charca.
¿Soñarán las aves?
.
Duermen sus hermanos,
duerme su mamá,
él también se duerme,
y ya amanecerá...
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[Dedicado a Polvorilla y los patitos de “Vetusta”...].

lunes, 11 de enero de 2010

“Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer...”

Un soriano, compadre “virtual”, ha tenido la ocurrencia de calificar este blog como: “Una amena vuelta al día en ochenta mundos”, no puedo menos que agradecer su generosidad y felicitarle por lo acertado de la definición. Puedo dar fe, además, que algunos de esos mundos son bien extraños...
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La villa soriana de Almazán tiene una larga y sabrosa historia, castro celtíbero primero, campamento romano después, asentamiento visigodo refundado por el califa Abderramán en 1088, repoblación cristiana en 1098, y desde 1128 plaza fuerte disputada, entre Castilla y Aragón, hasta la “Paz de Almazán” en 1375.
De las siete entradas que tenía su muralla, se conservan tres: la Puerta de Herreros, la Puerta del Mercado, y la Puerta de la Villa, amén de dos postigos.
.A la Puerta de la Villa se le añadió la torre con reloj, en 1886. Sobre el ojival paso abovedado, entre los dos torreones circulares, se alzó una torre de dos cuerpos, el primero de piedra y el segundo de ladrillo, donde se aloja el que una placa denomina “Relox Público”.
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Por dos de sus lados es un reloj normal y corriente, sus esferas contienen las XII horas habituales, con los clásicos números romanos, pues por entonces España todavía no había adoptado el recién creado sistema de “Tiempo Universal”, obra de Sandford Fleming, basado en 24 horas continuas, que eliminaba la división en horas “a.m.” y “p.m.”, aceptado en la Conferencia Internacional del Meridiano efectuada en 1884 en Washington (Estados Unidos).
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Pero no crean que se trata de un reloj caduco, al contrario, es muy moderno para su tiempo. Una esfera lateral, tiene la originalidad de servir para marcar los días de la semana, mediante una manecilla que señala la inicial correspondiente.
[Por cierto, olvidaba comentarles que mister Sandford Fleming inventó su sistema de Tiempo Universal después de perder un tren, en Irlanda, porque el horario impreso, por confusión, decía p.m. en vez de a.m.].
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Pero en el otro lateral hay una esfera que, superando la modernidad, se instala en el misterio y la convierte en una esfera de pesadilla: contiene 31 dígitos impares... y una sola manecilla...
¿Qué extrañas horas de la madrugada son las que van de la 24 a la 31? ¿Acaso este reloj servirá para marcar las horas, de un extraño día, en algún universo paralelo? ¿Se trata de una puerta dimensional...?
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¿Habrá sido todo una broma de las meigas? Nosotros no las vimos por Almazán, salvo la que sirve de reclamo al bar “As Meigas”, pero ya se sabe: “haberlas haylas”.
Sin embargo, tras mucho reflexionar sin hallar la solución del enigma, ésta nos vino de la mano de unos jubilados locales, a quienes hubimos de recurrir. Lo que esta esfera señala, no son horas “extra”, sino los días del mes...
Cuando, tras agradecerles la aclaración, nos alejábamos, uno de ellos le susurró al otro: “Y luego quiere esta gente de ciudad que no les saquemos chascarrillos...”, a lo que aquel contestó: “Si, muy despabilaos no suelen ser, no...”
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Salud y fraternidad.