sábado, 1 de agosto de 2009

Racionales, sí… pero animales.

Aunque soy un gato común, humilde en muchos sentidos, uno de estos es el sentido común. Por eso reconozco las “irracionales” actitudes de los, a sí mismos llamados, “animales racionales”.
Si no lo creen, vean y comprueben con sus ojos. A fines de junio, en la ciudad de León, con el Sol en su cenit y una temperatura que rajaba las piedras, a los “seres racionales” no se les ocurre nada mejor que tumbarse, rato y rato, sobre un banco de piedra a leer, o permanecer horas y horas en pie, pintando. Nobles actividades, ambas, pero ¿lógicas en tales circunstancias?
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Mientras, mis “irracionales” congéneres, procuraban por todos los medios aliviarse del sofocante calor, ya fuese permaneciendo a la sombra o buscando la reparadora frescura del agua. Desde las glotonas y lujuriosas palomas, que por unos momentos habían abandonado sus inacabables zureos y cortejos, hasta los irresponsables y fieles perros. Demostraban, así, un sentido común, muy poco común en los "animales racionales".
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-¡Guau, guau…! Compadre Crispín, ¿irracionales dices que nos llaman? ¡Pues no veo nada más racional que meterse en el agua cuando aprieta el calor!
-¡Miau, miaauuu...! Razón tienes hermano perro, sobre todo un mastín como tú, al que en invierno esas lanas han de venirle “al pelo” para combatir el frío leonés, pero en verano…
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-¡Guau, guau…! Concluyendo, con todo el respeto del mundo, cariño y buena intención, hacia la raza de los homínidos, suscribo el pensamiento de Sir Crispín de Cheshire, y no tengo empacho en admitir que son ustedes “animales racionales, sí, pero animales”, y quizá más, lo segundo, que lo primero… según el sentido coloquial que ustedes dan a esa palabra. A sus absurdas actitudes me remito.
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Tras lo dicho por el hermano perro, no tengo más que añadir. Ahora me retiro, a la fresca sombra, y ya volveré en Septiembre… ¡Miau! ¡Marramamiaauuu!
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Salud y fraternidad.

3 comentarios:

Baruk dijo...

El problema radica en que si eres animal peludo todo el mundo sonrie y aplaude si te tiras a una fuente a refrescarte, pero si eres "animal pelao" ya no queda tan chachi guay ...no crees sir Crispín de Cheshire?

Ronroneos varios


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Alkaest dijo...

Por mi natural aversión gatuna, al agua, tendría que darte la razón, pero sin llegar al "descaro" del perro citado, siempre podréis los humanos refrescar vuestras extremidades traseras dentro de una fuente, o mojaros la cabeza a conveniencia, o las patas delanteras que llamáis brazos.
Entre el "desahogo" canino y lo pusilánime humano, hay un término medio bastante refrescante.

Marramamiaauuu.

Madison dijo...

La fotografia del perro me ha llegado al alma.
Me gusta tu blog
Buenas vacaciones